jueves, 23 de abril de 2009

Cigarrillos.



Se levantó y empezó a pasear, tras haber encendido otro cigarrillo, y dictaba exhalando hilillos de humo que salían primero rectos de un agujerito redondo en el medio de los labios apretados, después se ensanchaban, se evaporaban, dejando en algunos sitios , en el aire, líneas grises, una especie de bruma transparente, un vaho similar a hilos de araña. A veces con un gesto de la mano abierta, borraba las huellas ligeras y más persistentes; a veces también las cortaba con un movimiento tajante del índice y contemplaba luego, con grave atención, los dos trozos de imperceptible vapor que desaparecían lentamente.


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